Pasó en una habitación de hotel del condado de Jangseong en Corea del Sur. Un increíble acontecimiento que hizo que varios dignatarios budistas se vieron obligados en dimitir.

Además de jugar al poker, los protagonistas bebían alcohol y fumaban cigarrillos, lo que está en total contradicción con los preceptos de Buda.

Corea del Sur no bromea con los juegos de dinero, los cuales están prohibidos, excepto en ciertas zonas específicas donde se pueden encontrar casinos reservados para los turistas.

Los seis miembros del comité ejecutivo del orden de Jogye, la obediencia budista más grande de Corea del Sur, dimitieron "asumiendo la responsabilidad del incidente", declaró el portavoz del movimiento.

Estos monjes no jugaban en micro-stakes sino más bien en high-stakes. Después de una sesión de 13 horas, se apostaron 875.300 dólares. Parecería que los protagonistas se hayan apropiado el dinero dado por los creyentes.

Aquí el video: